Hoy
día debido a las condiciones de vida, el estrés, el abuso de las comidas
rápidas y desequilibradas y a la gran demanda de energía física y mental que
exige el competitivo mundo laboral, ponemos nuestro organismo al límite de
sus fuerzas.
Si
comes de cualquier forma y a deshoras, te sientes cansado a menudo, con la
moral baja, muy susceptible, coges todos los virus y resfriados que entran en
tu oficina, y cualquier nuevo proyecto se convierte en una montaña, posiblemente
tengas déficits de nutrientes imprescindibles para nuestro organismo como son
los antioxidantes. El estrés, el tabaco, el alcohol y también los malos
ratos (Estrés Emocional); aumentan el gasto de nutrientes utilizado en los
procesos de neutralización de los Radicales Libres y por ende del control
del Estrés Oxidativo.
Pero, ¿cómo sabemos qué hay que suplementar? Midiendo
el Nivel de Radicales Libres y el Poder Biológico Antioxidante. Esta prueba la
realizamos en la Clínica y bastan una gota de sangre.
Con los resultados del análisis, la sintomatología del paciente
y sus hábitos y estilo de vida podemos saber cuáles son los antioxidantes y
nutrientes que debemos suplementar.
Nuestro objetivo es restaurar y mantener un equilibrio interno correcto entre el nivel de Radicales Libres y
el consumo de antioxidantes tanto propios como exógenos.
A partir de los 40 años
nuestro principal mecanismo antioxidante, “la
hormona de crecimiento” desciende vertiginosamente, por lo que en estas
edades la suplementación con antioxidantes es vital, pues por desgracia la
alimentación es insuficiente.
Los antioxidantes externos
son: Vitamina A, C y E, Selenio, Magnesio,
Zinc y Manganeso, Atocianinas, Indoles , Tioles, etc. Hablaremos de cada uno de ellos en sucesivos post y de cómo no incurrir en un déficit de
antioxidantes con fatales desenlaces.
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