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domingo, 18 de noviembre de 2012

Intolerancia Alimentaria, origen de muchas enfermedades


Los productos específicamente dirigidos a consumidores que sufren algún tipo de intolerancia o alergia se ha incrementado un 165% en los últimos 12 años. El 74% de la población es intolerante al gluten o al trigo, el 56% tienen algún tipo de intolerancia a la leche, el 43% padece intolerancia al polvo o a los ácaros del polvo, el 46% son intolerantes a su propia mascota, un 23% son intolerantes a algún tipo de elemento de las ensaladas, el 18% muestran una intolerancia a los productos químicos utilizados en la mayoría de los detergentes modernos. 
Según un estudio británico una de cada diez personas evitan la lactosa y el gluten, una cifra baja comparada con las dos de cada tres personas que evitan alimentos grasos. En la misma línea, una de cada tres evita el azúcar y las grasas saturadas, y una de cada cuatro evita la sal. Del estudio, basado en una encuesta realizada a mil amas de casa de todos los niveles socioeconómicos, se desprendía que entre las preocupaciones relacionadas con la comida estaban el síndrome del intestino irritado (12%), las migrañas (14%) y, en menor grado, alergias o intolerancias como la alergia a la lactosa y gluten (3%), cereales (4%) o cacahuete y otras (3%). (Eroski consumer)
Lo primero que tenemos que hacer es identificar los alimentos a los cuales se es intolerante, mediante un estudio específico en sangre en el que se mide IgG específica a una batería de alimentos u aditivos de uso común. De esta manera quitamos la agresión continua de la mucosa intestinal y podemos comenzar a trabajar en el restablecimiento de la flora normal y la regeneración intestinal. Es también primordial valorar la funcionalidad hepática, ya que estos pacientes están altamente intoxicados, genéticamente están predeterminadas con un hígado perezoso en los procesos de desintoxicación, o por la existencia de una malnutrición con déficits de vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales para el funcionamiento de las reacciones enzimáticas del hígado como es el caso del Selenio, oligoelemento esencial para la síntesis de la enzima Glutatión encargada de procesos de detoxificación hepática y control de los radicales libres. Una vez hecho el diagnóstico mediante el estudio de Intolerancias Alimentarias y de Disbiosis Intestinal confeccionamos un protocolo de trabajo abarcando una justa reposición nutricional a nivel celular, control del estrés oxidativo, reequilibrio intestinal y desintoxicación hepática. 

Se entiende por intolerancia a los alimentos la incapacidad de consumir ciertos alimentos o nutrientes sin sufrir efectos adversos sobre la salud, que pueden ser más o menos rápidos. Es otro tipo de reacción inmunológica o alergia no mediada por IgE, si no por IgG. Estas reacciones alérgicas retrasadas (a veces referidas como sensibilidad o intolerancia alimentaria) podrían ser más difíciles de detectar ya que se producen horas o días después de la ingesta del alimento. Las intolerancias alimentarias, que no sean medidas por el sistema inmune, se pueden dar como consecuencia de diversos factores, entre los que se incluyen: 
  •  Liberación no inmunológica de histamina: Los síntomas son muy similares a los de una alergia, y pueden ser dolor de cabeza, tumefacción, urticaria, vómitos y diarrea. Una sustancia llamada histamina se libera (también se libera en las reacciones alérgicas auténticas) como respuesta a alimentos como el marisco o las fresas.
  • Defectos enzimáticos o del metabolismo: La carencia o la deficiencia de las enzimas responsables de la digestión alimentaria pueden causar muchas clases de intolerancia alimentaria. Por ejemplo, una deficiencia de lactasa, la enzima responsable de la digestión de la leche, causa intolerancia a la leche. La Pseudoceliaquía es una intolerancia del intestino a una proteína que se encuentra en el trigo, llamada gluten. Los síntomas se controlan siguiendo una dieta sin gluten.
  • Efectos Farmacológicos: Algunas sustancias alimentarias pueden actuar como fármacos, especialmente si se toman en grandes cantidades. La más conocida de estas sustancias es la cafeína, que se encuentra en el té, el café, el chocolate y en refrescos de cola. Una gran ingesta de cafeína puede causar temblores, migraña y palpitaciones. Entre otras sustancias activas farmacológicas que se encuentran en los alimentos están la histamina, la tiramina, la triptamina y la serotonina, que se pueden consumir en alimentos como el vino tinto, el queso, el extracto de levadura, los aguacates y los plátanos. En las personas sensibles, estos alimentos les pueden producir urticaria, rubor y dolores de cabeza.
  • Intolerancia alimentaria de origen desconocido: Las reacciones pueden originarse como consecuencia de muchos alimentos y productos alimenticios que todavía no se conocen del todo. Pueden ser o no ser reacciones alérgicas. Los aditivos alimentarios, concretamente la tartracina y el benzoato sódico, pueden provocar urticaria, rinitis y asma. Las levaduras pueden producir una serie de reacciones en algunas personas, sobre todo alteraciones en la piel.

Se sospecha que estas “alergias ocultas” pueden afectar al 60% de la población y dar lugar a la aparición o agravamiento de cuadros clínicos, llegando a producir en algunos casos dolencias crónicas. El consumo continuado de un alimento dañino puede dar como resultado una reacción inmunológica en la que se incluye la formación de inmunocomplejos, capaz de agravar el desarrollo de trastornos gastrointestinales, dermatológicos, neurológicos, musculares y respiratorios.

Posibles síntomas y cuadros clínicos asociados a la intolerancia alimentaria
  • Digestivos Síndrome del intestino irritable, Estreñimiento crónico, Diarrea, Flatulencia, Indigestión, Cólicos. 
  • Cutáneos: Rosácea, Acné, Enrojecimiento cutáneo, Eccemas. 
  • Psicológicos: Astenia, Ansiedad, Letargia. 
  • Músculo-Esqueléticas: Artralgias, Mialgias, Artritis. 
  • Cabeza y Cuello: Goteo nasal, Congestión nasal, Irritación de garganta, dolores de cabeza, Migrañas. 
  • Otras: Ganancia de peso, Retención de líquidos, Hipersudoración. 
Es importante saber relacionar la sintomatología anteriormente referida horas después de haber ingerido un alimento sospechoso o auténticos cuadros clínicos y autoinmunes derivados del consumo continuado de estos. De esta manera se produce un círculo vicioso de mayor ataque a la mucosa intestinal, mayor porosidad intestinal y disbiosis intestinal y mayor reacción inmunológica dando lugar a que si en un comienzo era sólo un alimento el que producía intolerancia, se termina con no tolerar casi nada, y ya no sólo alimentos, sino olores, aditivos, etc.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Medicina Ortomolecular en el tratamiento de las complicaciones derivadas del Sobrepeso y la Obesidad


La OMS ha definido la Obesidad como la epidemia del Siglo XXI por las dimensiones adquiridas a lo largo de las últimas décadas, por su impacto sobre la morbimortalidad, la calidad de vida y el gasto sanitario. En España según un estudio realizado por el Grupo SEEDO la prevalencia de la obesidad es del 15,5%, siendo mayor entre las mujeres en un 17,5% .La prevalencia del sobrepeso se estima en un 39,2% siendo más elevada en los hombres 46,4%.Pero lo más preocupante es que sigue aumentando sobre todo en la población infantil (el 15% de los adolescentes, es obeso), siendo España el país de Europa con mayor prevalencia de Obesidad Infantil. Cada vez se dispone de una evidencia más clara sobre el impacto de la obesidad en la mayoría de las enfermedades crónicas, no sólo con las enfermedades cardiovasculares, si no con otras tan frecuentes como Diabetes tipo 2, Artrosis, problemas psicológicos y algunos tipos de Cáncer.



Desde el punto de vista práctico se considera el índice de masa corporal (IMC) el método ideal para el diagnóstico de la obesidad, por su buena correlación con la grasa corporal total. El IMC es igual al peso corporal en kilogramos, dividido entre la talla en metros al cuadrado (IMC = peso en kg/ talla en m2). Se considera ideal un IMC entre 20 y 25; sobrepeso entre 25 y 29,9; obesidad grado I de 30 a 34,9 de IMC; obesidad grado II de 35 a 39,9 de IMC y obesidad grado III, extrema o mórbida, con un IMC mayor de 40. Esta clasificación no es arbitraria, sino el resultado de estudios que demuestran que por encima de 25 de IMC aumentan las probabilidades de eventos relacionados con la enfermedad aterosclerótica y sus consecuencias, como son los cardiovasculares y cerebrovasculares, y las alteraciones metabólicas como la resistencia a la insulina, la diabetes mellitus, las alteraciones de los lípidos y la hipertensión arterial, sin mencionar las neoplasias tales como la de colon, mama y endometrio y los trastornos del tracto gastrointestinal

Estudios recientes evidencian que la Obesidad, en especial el tejido adiposo visceral (directamente correlacionado con el perímetro abdominal), se asocia con una Inflamación Crónica de bajo grado, puesto que se han encontrado citoquinas inflamatorias como Il-6 y PCR. Asimismo, el Estrés Oxidativo se ha propuesto como un potencial inductor de la inflamación y de la susceptibilidad a la obesidad y patología asociadas. La respuesta inflamatoria iniciada en el tejido adiposo blanco, produce una situación crónica a nivel sistémico, generando un círculo vicioso, el cual finalmente conduce a resistencia insulínica, ateroesclerosis y alteraciones propias del síndrome metabólicoEl Hiperinsulinismo se asocia una severa Disfunción Endotelial no sólo por el estado inflamatorio crónico y sistémico a nivel de las arterias, sino que en estos pacientes además existe un estrés oxidativo mayor puesto que la hiperglucemia crónica desencadena procesos de Glicación que dan lugar al proceso de endurecimiento de las arterias o Ateroesclerosis. Este factor junto a la obesidad fundamentalmente Visceral es la causa más común de Lesión Endotelial y posterior formación de la placa de ateroma y riesgo de enfermedad cardiovascular e Hígado Graso. 

Además, se ha comprobado en los pacientes obesos que existe un aumento del Estrés Oxidativo junto con una disminución de la concentración de antioxidantes en sangre, tanto Endógenos (SOD, catalasa, Glutation Peroxidasa) como los niveles de vitamina A, vitamina C, Zinc, Selenio (estudio evidencia que a mayor Índice de Masa Corporal en mujeres, menor es la concentración de Selenio) Cobre (en otro estudio se vieron mayores niveles de Cobre entre la población obesa). En el estudio ATTICA que se llevó a cabo en la provincia de Attica (Grecia) se vio que los sujetos que seguían una dieta tipo mediterránea (por su riqueza en antioxidantes naturales) tenían menos riesgo de padecer obesidad que los sujetos que no seguían este tipo de dieta.

En los pacientes obesos y fundamentalmente los que tienen obesidad abdominal tengan o no tengan ya complicaciones añadidas como Resistencia a la Insulina, Diabetes Mellitus tipo II, Hipertensión Arterial , lesión endotelial, etc.; es posible una actuación eficaz desde la Medicina Ortomolecular. Lo primero es establecer los posibles factores de riesgo con la valoración del Índice de Masa Corporal, la medición del perímetro abdominal junto con las pruebas diagnósticas para ver el nivel de colesterol malo (LDL) que está oxidado, uno de los principales factores de riesgo para lesión endotelial y enfermedad arterial, Índice HOMA-1 y HOMA-2 para el diagnóstico de Resistencia a la Insulina e Hiperinsulinismo que también nos proporciona un índice de riesgo cardiovascular, etc. Lo más importante en este tipo de pacientes es seguir evitando la oxidación del colesterol malo y corregir las alteraciones que han dado lugar al desarrollo de la enfermedad, con el uso de tratamientos específicos para cada paciente. 

Los tratamientos más importantes en estos pacientes es el control del Estrés Oxidativo mediante la Ozonoterapia y la Nutrición Ortomolecular, aportando los minerales, oligoelementos y vitaminas que necesita cada paciente en concreto para subsanar déficits y para tratar las complicaciones de la Obesidad. Existen diversos estudios donde se ha demostrado que la suplementación con determinados Antioxidantes es capaz de disminuir el peso corporal, como la cantidad de tejido adiposo, disminuyen la oxidación del colesterol que como hemos dicho antes que es la que se deposita en la lesión endotelial y forma la placa de ateroma, mejoran la resistencia la insulina y así al tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo II, entre otras muchas funciones. 
Si la Enfermedad Cardiovascular empieza a estar establecida o ya lo está del todo, se utiliza la Terapia de Quelación que limpia las arterias del colesterol y el calcio depositado en las placas de ateroma, regenerando todo el sistema cardiovascular. Por todo esto es importante recordar que existen muchos factores externos fundamentalmente referidos a los Hábitos de vida que son la causa más importante del desarrollo de la Obesidad y de sus graves enfermedades asociadas. 
  • Dieta adecuada, rica en frutas y verduras de calidad, moderada en proteína animal y exenta de grasas e hidratos de carbono de asimilación rápida 
  • Control y Gestión del Estrés tanto físico como Emocional: dado que se produce una aumento crónico de la hormona Cortisol que está diseñada para actuar durante pocos minutos de forma fisiológica, pero en estados de estrés continuo existen niveles altos y constantes a lo largo del tiempo del Cortisol que da lugar a complicaciones como la Hipertensión arterial, Diabetes, enfermedad cardiovascular...)
  • Eliminación de Tóxicos como tabaco, alcohol, excitantes... 
  • Ejercicio Físico es clave tanto en la prevención de la Obesidad como en el tratamiento de las enfermedades asociadas a ella. En un estudio se vio como el ejercicio físico practicado de forma regular producía un aumento en los receptores para la glucosa GLUT-4, mejorando en estos pacientes los niveles de glucemia y la resistencia a la insulina.

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