La OMS ha
definido la Obesidad como la
epidemia del Siglo XXI por las dimensiones adquiridas a lo largo de las últimas
décadas, por su impacto sobre la morbimortalidad, la calidad de vida y el gasto
sanitario. En España según un
estudio realizado por el Grupo SEEDO la prevalencia
de la obesidad es del 15,5%, siendo mayor
entre las mujeres en un 17,5% .La prevalencia del sobrepeso se estima en un 39,2% siendo más elevada en los hombres 46,4%.Pero lo más preocupante es que
sigue aumentando sobre todo en la población infantil (el 15% de los
adolescentes, es obeso), siendo España
el país de Europa con mayor prevalencia de Obesidad Infantil. Cada vez se
dispone de una evidencia más clara sobre el impacto de la obesidad en la
mayoría de las enfermedades crónicas, no sólo con las enfermedades cardiovasculares,
si no con otras tan frecuentes como Diabetes
tipo 2, Artrosis, problemas psicológicos y algunos tipos de Cáncer.
Desde
el punto de vista práctico se considera el índice
de masa corporal (IMC) el método ideal para el diagnóstico de la obesidad, por su buena correlación con la grasa
corporal total. El IMC es igual al
peso corporal en kilogramos, dividido entre la talla en metros al cuadrado (IMC
= peso en kg/ talla en m2). Se considera ideal un IMC entre 20 y 25; sobrepeso entre 25 y 29,9; obesidad grado I de
30 a 34,9 de IMC; obesidad grado II de 35 a 39,9 de IMC y obesidad grado III,
extrema o mórbida, con un IMC mayor de 40. Esta clasificación no es arbitraria,
sino el resultado de estudios que demuestran que por encima de 25 de IMC aumentan las probabilidades de eventos
relacionados con la enfermedad
aterosclerótica y sus consecuencias, como son los cardiovasculares y cerebrovasculares, y las alteraciones
metabólicas como la resistencia a la insulina,
la diabetes mellitus, las alteraciones
de los lípidos y la hipertensión
arterial, sin mencionar las neoplasias
tales como la de colon, mama y
endometrio y los trastornos del
tracto gastrointestinal.
Estudios recientes evidencian que la Obesidad, en especial el tejido adiposo
visceral (directamente correlacionado con el perímetro abdominal), se asocia
con una Inflamación Crónica de bajo
grado, puesto que se han encontrado citoquinas inflamatorias como Il-6 y
PCR. Asimismo, el Estrés Oxidativo
se ha propuesto como un potencial inductor de la inflamación y de la
susceptibilidad a la obesidad y patología asociadas. La respuesta inflamatoria
iniciada en el tejido adiposo blanco, produce una situación crónica a nivel
sistémico, generando un círculo vicioso, el cual finalmente conduce a resistencia insulínica, ateroesclerosis y
alteraciones propias del síndrome metabólico. El Hiperinsulinismo se asocia una severa Disfunción Endotelial no sólo
por el estado inflamatorio crónico y sistémico a nivel de las arterias, sino
que en estos pacientes además existe un estrés
oxidativo mayor puesto que la hiperglucemia crónica desencadena procesos de
Glicación que dan lugar al proceso de endurecimiento de las arterias o
Ateroesclerosis. Este factor junto a la obesidad
fundamentalmente Visceral es la causa más común de Lesión Endotelial y
posterior formación de la placa de ateroma y riesgo de enfermedad cardiovascular
e Hígado Graso.
Además, se ha comprobado en los pacientes obesos que existe
un aumento del Estrés Oxidativo junto
con una disminución de la concentración de antioxidantes en sangre, tanto
Endógenos (SOD, catalasa, Glutation Peroxidasa) como los niveles de vitamina A,
vitamina C, Zinc, Selenio (estudio
evidencia que a mayor Índice de Masa Corporal en mujeres, menor es la
concentración de Selenio) Cobre (en otro estudio se vieron mayores niveles de
Cobre entre la población obesa). En el estudio ATTICA que se llevó a cabo en la
provincia de Attica (Grecia) se vio que los sujetos que seguían una dieta tipo
mediterránea (por su riqueza en antioxidantes naturales) tenían menos riesgo de
padecer obesidad que los sujetos que no seguían este tipo de dieta.
En los
pacientes obesos y fundamentalmente los que tienen obesidad abdominal tengan o
no tengan ya complicaciones añadidas como Resistencia a la Insulina, Diabetes
Mellitus tipo II, Hipertensión Arterial , lesión endotelial, etc.; es posible
una actuación eficaz desde la Medicina
Ortomolecular. Lo primero es establecer los posibles factores de riesgo con
la valoración del Índice de Masa Corporal, la medición del perímetro abdominal
junto con las pruebas diagnósticas para ver el nivel de colesterol malo (LDL) que está oxidado, uno de los
principales factores de riesgo para lesión endotelial y enfermedad arterial, Índice HOMA-1 y HOMA-2 para el
diagnóstico de Resistencia a la Insulina e Hiperinsulinismo que también nos
proporciona un índice de riesgo cardiovascular, etc. Lo más importante en este
tipo de pacientes es seguir evitando la oxidación del colesterol malo y
corregir las alteraciones que han dado lugar al desarrollo de la enfermedad,
con el uso de tratamientos específicos para cada paciente.
Los tratamientos más
importantes en estos pacientes es el control
del Estrés Oxidativo mediante la Ozonoterapia
y la Nutrición Ortomolecular, aportando los minerales, oligoelementos y
vitaminas que necesita cada paciente en concreto para subsanar déficits y para
tratar las complicaciones de la Obesidad. Existen diversos estudios donde se ha
demostrado que la suplementación con determinados Antioxidantes es capaz de disminuir el peso corporal, como la
cantidad de tejido adiposo, disminuyen la oxidación del colesterol que como
hemos dicho antes que es la que se deposita en la lesión endotelial y forma la
placa de ateroma, mejoran la resistencia la insulina y así al tratamiento de la
Diabetes Mellitus tipo II, entre otras muchas funciones.
Si la Enfermedad
Cardiovascular empieza a estar establecida o ya lo está del todo, se utiliza la
Terapia de Quelación que limpia las
arterias del colesterol y el calcio depositado en las placas de ateroma,
regenerando todo el sistema cardiovascular. Por todo esto es importante
recordar que existen muchos factores externos fundamentalmente referidos a los Hábitos de vida que son la causa más
importante del desarrollo de la Obesidad y de sus graves enfermedades
asociadas.
- Dieta adecuada, rica en frutas y verduras de calidad, moderada en proteína animal y exenta de grasas e hidratos de carbono de asimilación rápida
- Control y Gestión del Estrés tanto físico como Emocional: dado que se produce una aumento crónico de la hormona Cortisol que está diseñada para actuar durante pocos minutos de forma fisiológica, pero en estados de estrés continuo existen niveles altos y constantes a lo largo del tiempo del Cortisol que da lugar a complicaciones como la Hipertensión arterial, Diabetes, enfermedad cardiovascular...)
- Eliminación de Tóxicos como tabaco, alcohol, excitantes...
- Ejercicio Físico es clave tanto en la prevención de la Obesidad como en el tratamiento de las enfermedades asociadas a ella. En un estudio se vio como el ejercicio físico practicado de forma regular producía un aumento en los receptores para la glucosa GLUT-4, mejorando en estos pacientes los niveles de glucemia y la resistencia a la insulina.
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