El melasma se caracteriza por ser una hiperpigmentación de la cara que tiene 4 causas principales: genético (raza, fototipo III y IV), exposición solar, cambios hormonales (embarazo y se llama entonces cloasma, anticonceptivos…) y toma de fármacos o enfermedades sistémicas (alteraciones de tioroides, estrés…).
El melasma puede ser epidérmico (piel superficial), dérmico (piel profunda) o mixto (dérmico y epidérmico). Pocos pacientes tienen melasma exclusivamente epidérmico el cual sí podría ser tratado con unos tipos especiales de láser que están en estudio (láser de conmutación Q, de rubí o de neodimio QSNdYAG).
Actualmente, los pacientes que se tratan estas manchas faciales con láser o IPL empeoran, por lo que pensamos son las peores alternativas terapéuticas para los casos de melasma.
El tratamiento efectivo para este problema consiste en peeling químicos especiales y/o tratamientos tópicos que hay que repetir periódicamente ya que las causas que lo producen no se eliminan completamente.